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El tiempo en sus manos (The time machine, 1960, USA)
Dirección: George Pal
Productora: Metro Goldwyn Mayer
Guión: David Duncan basado en la novela de H. G. Wells
Música: Russell García
Fotografía: Paul C. Vogel
Género: máquinas en el tiempo decimonónicas y futuros distópicos en los que la humanidad se ha vuelto gilipollas (más aún, quiero decir)
Intérpretes: Rod Taylor, Alan Young, Yvette Mimieux, Sebastian Cabot
Sinopsis: Lugar: London; Época: Último día del siglo XIX (en realidad no, pero bueno); George es un peazo de científico que me ha construido una máquina capaz de desplazarse por la cuarta dimensión, esto es, ir de lante y pa trás en el tiempo, porque ya está harto de las guerras humanas y quiere ir al futuro en busca de la sociedad utópica de paz, progreso, concordia, tolerancia y tías buenas. Ante la incomprensión de sus amigos, que se han tomado a chirigota el tema de la cuarta dimensión, George se lía la manta a la cabeza y viaja al futuro a ver qué pasa. Tras salvarse por los pelos de una explosión atómica, George llega al año ochocientos dos mil setecientos uno y allí descubre una comunidad de jovencitos ários que sólo piensan en retozar bajo el sol y que, además de analfabetos, son imbéciles. Desengañado, George da media vuelta y decide volver a su época pero entonces descubre que su máquina del tiempo no está ¡My god! ¿acaso se la ha llevado la grúa porque estaba mal aparcada? No hijo, que se la han llevado los Morlocks, una variante humana caníbal, azul y cromagnón.

"El tiempo en sus manos" es una verdadera maravilla de película humana y una joya inolvidable de nuestra infancia. Su mayor virtud reside en su sencillez, en la sinceridad de sus planteamientos y en su deseo de ser una eficaz historia de aventuras y ciencia-ficción. Por todo ello, la obra de George Pal se ha convertido en un indiscutible clásico que, como la máquina de George, es a prueba del paso del tiempo y sigue entreteniendo igual de bien ahora, en el siglo XXI, como en el día de su estreno.
Lo más meritorio del film es su mensaje pacifista y cultural. Recordemos que la película fue realizada en plena guerra fría, con la Unión Soviética y Estados Unidos tensando la cuerda del enfrentamiento nuclear que tuvo su máximo exponente en 1962 con la crisis de los misiles de Cuba. La película narra la insensatez autodestructiva del ser humano, que en lugar de establecer lazos de tolerancia y respeto con sus semejantes, se empecina en imponer su punto de vista por la fuerza de las armas. Y claro, tanto va el cántaro a la fuente que al final se acaba rompiendo, sobre todo si tienes misiles nucleares que pueden destruir el planeta 20 veces. George Pal refleja a la perfección el anhelo del protagonista (alter ego de H.G.Wells) de encontrar una sociedad cuyos máximos valores sean la tolerancia y el conocimiento, y que, por una vez en la historia de la humanidad, la razón se imponga a la violencia (pues espera sentado, guapo). Otro elemento a destacar es el aislamiento que sufre el protagonista (tal y como lo debió padecer Wells), cuya mente progresista y lógica cosecha el rechazo, la incomprensión y la burla de sus coetáneos, que se aferran a cómodos conceptos caducos y reaccionarios en lugar de darle al coco y pensar por una vez en su vida.
La estructura argumental de la película es original y dinámica, compuesta por un gran flashback central que narra las aventuras de George en el futuro. Al igual que el hilo conductor del film, la trama juega con el espectador y va hacia delante y hacia atrás en el tiempo. La peli comienza con el protagonista recién llegado de su lucha contra los Morlocks para, acto seguido, retroceder una semana, al momento de la presentación de la máquina del tiempo a sus amigos (por cierto, con amigos como éstos quién necesita hijos de puta...), para luego visitar varias épocas históricas (marcadas irremediablemente por la guerra y por el miedo atómico) hasta llegar a la utopía analfabeta de los Eloy y los Morlocks. A partir de aquí, la historia evoluciona y pasa de ser una peli de ciencia-ficción a una "moster movie" con sus grotescas abominaciones degustadores de carne ária y con sus cuevas truculentas llenas de telarañas. Y después de darse de hostias con los morlocks y de comerle la boca a Winnah, George vuelve a su época y al principio de la película. No obstante, aún nos queda su maravilloso final (que además de ser una vuelta de tuerca es una vuelta al futuro), que rompe el mensaje nihilista del film para otorgarle un espíritu decididamente optimista y esperanzador.
Pero, por supuesto, hablar de "El tiempo en sus manos" es hablar de la magnífica interpretación de Rod Taylor, que el solito lleva todo el peso de la película y que, en última instancia, es lo más destacable del film. Rod Taylor supo darle a su personaje un aire erudito sin restar un ápice su humanidad. Otro rasgo del personaje es su fabulosa curiosidad y su irresistible deseo de adquirir conocimientos, aunque este entusiasmo se ve a menudo ensombrecido por el toque trágico, amargo y desesperado de una búsqueda en pos de un futuro mejor.
La película fue un éxito rotundo y marcó a varias generaciones de espectadores (y lo seguirá haciendo por muchos años). Su influencia en el cine de ciencia-ficción fue importante, siendo su máximo exponente "Los pasajeros del tiempo" ("Time after time", Nicholas Meyer, 1979), con H.G. Wells (interpretado por Malcom McDowell) persiguiendo en su máquina del tiempo a Jack el destripador. Además, en el 2002 hicieron un remake de la peli, "La máquina del tiempo", dirigido por Simon Wells, que como todos los remakes, tuvo una dispar y extrema aceptación.
En fin, "El tiempo en sus manos" es una obra maestra del cine de aventuras y de ciencia-ficción. Hay que verla cuantas más veces mejor (yo ya he perdido la cuenta). Aquí os dejo el trailer de la película, cortesía de IAmOnlyLove.

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