Naves Misteriosas

Naves Misteriosas (Silent Runing (aquí la traducción al castellano es perfecta, porque Silent significa "naves" y Runing "misteriosas) (uy, no, que en inglés el adjetivo va delante) 1972, USA)
Dirección: Douglas Trumbull
Guión: Deric Washburn, Michael Cimino, Steve Bochco
Música: Peter Schickele, con dos canciones-protesta de Joan Baez
Género: Ciencia-ficción ecologista y cañera
Intérpretes: Bruce Dern, Cliff Potts, Ron Rifkin, Jesse Vint y tres niños (o enanitos) que simulan ser robots chiquitines
Sinopsis: El futuro de la humanidad está fatal. En nuestra inconsciencia, con tanta contaminación, tanta guerra y tanta leche, nos hemos cargado la fauna y la flora de la Tierra entera. Afortunadamente a un lumbreras se le ocurrió meter algunos árboles y animales en unas naves espaciales y lanzarlas al espacio profundo, concretamente a la altura de Saturno, a ver como escampa el temporal para reimplantar los bosques en un futuro cercano en la misma Tierra. Pues bien, a cargo de las naves espaciales hay unos astronautas que son unos garrulos que no tienen sensibilidad ni saber estar, excepto uno de ellos, Freeman Lowell, el jardinero de la nave, que es un ecologista pero a lo bestia. Todo es muy bonito pero un día de estos desde la Tierra les dicen que lo del rollo ecológico se ha acabado, que se deshagan de los bosques y los animales y que traigan de regreso las naves espaciales. Es en este momento cuando a Freeman se le va la pinza del tó, porque le ha cogido mucho cariño a los bosques y si tiene que elegir, que les den por culo al resto de los astronautas, al alto mando y a la Tierra entera.

"Silent Runnig" es una de esas películas que a nivel técnico han envejecido bastante mal pero que a nivel ideológico su mensaje ecologista está más vigente que nunca. Manda cojones que hoy en día las grandes empresas y sus lacayos en los medios de comunicación y en los partidos políticos intenten negar lo innegable: que la emisión masiva del dióxido de carbono de las fábricas está dañando el planeta cosa mala y que del cambio climático no nos va a salvar ni la madre que nos parió. En lugar de invertir en el desarrollo de nuevas fuentes de energía no contaminantes, los muy cabrones siguen exprimiendo el planeta en busca y captura de combustibles fósiles, y si no, te dicen que la fuente de energía más limpia y segura es la energía nuclear y se quedan tan panchos. La codicia de unos pocos y la apatía del resto de la población tarde o temprano tendrá una consecuencia lógica, que es más o menos la que sale en esta película: la destrucción paulatina y completa de la naturaleza y, lo que es peor, que a nosotros, los hombres y mujeres modernos, nos importe un pimiento, porque o bien queda mucho tiempo todavía para que eso ocurra o bien si el daño ya está hecho ¿para qué sirve lamentarse?
"Naves misteriosas" cuenta la trágica historia de la estupidez humana: incluso al borde del abismo, preferimos lo fácil y práctico antes que lo natural y auténtico. Ante la desesperación de perder los últimos vestigios de naturaleza, los humanos decidieron preservarla lejos de la contaminación del planeta, pero pasado el tiempo y viendo que en la Tierra se puede vivir perfectamente sin tanta planta ni tanto bicho, deciden dejar de perder dinero manteniendo un jardín botánico en el espacio que a efectos prácticos no sirve para nada. La historia cuenta la odisea de un individuo para preservar la belleza perdida cueste lo que cueste. El personaje interpretado por el actor Bruce Dern, Freeman ("hombre libre"), más que un astronauta-ecologista parece un profeta de una religión a punto de extinguirse, desesperado ante la estupidez de sus semejantes que no quieren o no saben apreciar la auténtica belleza. De ahí que sus palabras y sus acciones sean en ocasiones excesivas, fanáticas e incluso dementes. Pero en el fondo, Freeman es dolorosamente humano y en él pesan sentimientos y emociones. El pobre se siente solo junto a sus compañeros astronautas (e incluso junto a sus cohetáneos) porque sus valores son completamente opuestos, y únicamente se sentirá realizado preservando y dando vida. Paradójicamente, para defender la vida tendrá que arrebatársela a otros y cuando por fin está sólo con sus plantas y su naturaleza verde, descubre que la compañía humana no es tan mala en el fondo y no sólo intentará crearse unos nuevos amigos cambiando la programación de los pequeños robots de mantenimiento, sino que él mismo cometerá los mismos errores que sus antiguos compañeros garrulos. Freeman no es un villano pero tampoco es un héroe: simplemente es un hombre idealista con una causa perdida y por ella vivirá, matará e incluso morirá. Por todo esto, el comportamiento de Freeman es muy polémico y discutible, porque entramos en jardines donde nada es blanco o negro y sí hay muchos matices de color gris.
Como dije en un principio, los efectos especiales han perdido lustre con el paso de los años y las naves de la peli, más que misteriosas son un pelín cutres, que cantan a maqueta una barbaridad. Pero como no hay mal que por bien no venga, tanta nave, tanto traje y tanto robot hortera le dan un toque kitsch a la película bastante resultón. No obstante, que nadie se asuste, que el director no es Ed Wood y sus hilos de pescar, sino Douglas Trumbull, que se encargó de los efectos especiales de "2001: una odisea en el espacio" de Kubrik y más tarde haría los de "Blade Runner". Probablemente lo que aquí falla es el presupuesto, que tampoco sería para tirar cohetes.
¡Pero que da igual, que aquí lo que importa es el mensaje! Por ello, "Naves Misteriosas" es una película de culto, herencia de un movimiento hippie que ya estaba en su recta final pero con unos valores inmortales trasmitidos por la bella voz de Joan Baez, gran cantante y mejor persona. Tal vez "Silent Running" (título de una canción de Baez) no sea la mejor peli de ciencia-ficción, pero es innegable que es un film único, por su espíritu combativo y por su mensaje tan necesario hoy en día.
Aquí os dejo el trailer del film, cortesía de Swbono.



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